LA CARRERA 70, UN ESPACIO PARA VOLVER A CAMINAR
La Carrera 70, ubicada en la comuna 11 de Medellín, ha pasado por diferentes etapas en su devenir histórico.
En los años 60 y 70 fue un sector donde vivieron familias muy reconocidas de la ciudad. Sus casas, con amplios antejardines, llenos de colorido por las plantas con flores de distintos tipos, les daban la bienvenida a sus visitantes, quienes podían caminar con absoluta tranquilidad por los andenes. En esa época, los pocos establecimientos comerciales que había en la zona eran restaurantes, lugares para comer helado y unos cuantos bares. El ruido de las discotecas no existía.
En las décadas que siguieron, el sector se fue transformando en un lugar para la noche, con sitios de rumba y menos tranquilo. Con el paso del tiempo, el espacio público de este corredor se fue llenando de comercios, limitando su área para los peatones. Las fachadas, parasoles y cerramientos de los locales afectaron el paisajismo de la zona, generando una contaminación visual molesta para el peatón. Igualmente, la congestión vehicular aumentó el ruido y la contaminación por co2. El espacio tranquilo y acogedor se convirtió en un caos.
Este fue el panorama hasta 2010, año en el que la ciudad fue sede de los Juegos Suramericanos: Medellín quiso dejar huella en sus habitantes y en más de 12 mil turistas, entre nacionales y extranjeros. Para lograr este objetivo, la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), conformó dos equipos de trabajo para renovar y reconstruir dos espacios estratégicos para el evento: La Unidad Deportiva Atanasio Girardot y la Carrera 70. Este último fue liderado por el arquitecto Mauricio Mendoza, quien ya venía trabajando temas de espacio público y urbanismo en la Ciudad, como el paseo de la Calle 107 en el Barrio Andalucía y el pasaje peatonal de Carabobo, entre otros.
Para el arquitecto Mendoza y su equipo, la tarea consistió en reorganizar y ampliar la franja de la sección pública, mejorar la estética de los antejardines, andenes y zonas verdes, y convertir la zona vehicular en tres carriles. Este equipo tuvo presente algunos conceptos del Manual de Espacio Público (MEP).
Con el objetivo de cumplir este reto, se recurrió al adoquín como un material fundamental para devolverle la calidad espacial y el paisajismo a este importante corredor, y el proveedor fue la empresa Prefabricados Adoquín-Ar. El arquitecto eligió este adoquín por su textura, sus acabados y sus formas. Además, como él mismo dice: “el pavimento segmentado es fácil de quitar y poner, por lo que su mantenimiento es de bajo costo”.
El diseño de este nuevo corredor debía verse como una extensión de la Unidad Deportiva, dado que se buscaba una conexión de deportistas, visitantes, estudiantes y habitantes del sector con los Juegos Suramericanos y con la sede de los mismos. Para este propósito, se creó una especie de patrón, conformado por adoquines 20×20 cm y losetas de 40×40 cm. Estas últimas fueron grabadas en bajo relieve, letra por letra, formando los nombres de los países participantes. Este requerimiento fue un reto para Prefabricados Adoquín-Ar, y se convirtieron en pioneros en este desarrollo. Alrededor del nombre de cada país se ubicaron adoquines de tonalidades más oscuras, que también fueron desarrollados por Adoquín-Ar, gracias a su impulso innovador. Esta nueva paleta de tonos logró acentuar y darle mayor impacto visual al topónimo. La composición del patrón de modulación, permitió generar tramos con diferentes efectos, combinando cada color con franjas de nombres de cada País participante en el evento Suramericano.
La empresa Adoquín-Ar facilitó, en su planta de Amagá, realizar muestras previas de patrones de instalación y de coloración, buscando optimizar tanto su producción como un posterior mantenimiento por parte del Municipio.
Las franjas de adoquines que no llevaban la intervención de los juegos, tuvieron un aspecto clave en su fabricación: el color.
Después de una revisión minuciosa del entorno por parte del arquitecto Mauricio Mendoza y de su equipo de la EDU, constataron la cantidad de polvo y suciedad que caía sobre los andenes, hecho que los llevó a pensar en adoquines Blanco Arena.
Para lograr la tonalidad ideal, se le agregó limalla (conjunto de limaduras), un material completamente innovador. Encontrar la limalla adecuada entre la gran variedad de formas y calibres que se consiguen en el mercado, fue un trabajo exhaustivo para Prefabricados Adoquín-Ar, pero al final se logró el efecto esperado; así mismo, para su selección, se realizó un estudio de seguridad para el peatón.
El trabajo con los comerciantes de la zona fue una acción importante para esta transformación. Con ellos, se elaboró un reglamento para el uso de antejardines, la utilización de las cubiertas extensibles, la unificación de los avisos publicitarios y la no utilización de cerramientos. Y a este hay que sumarle la recuperación de zonas verdes, la siembra de nuevos árboles y la dotación de un nuevo mobiliario urbano, como: paraderos, basureras, bolardos, sillas y bancas para descansar.
Al final de este proceso, la obra de la Carrera 70 se integró perfectamente con la renovación de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot, convirtiéndose en un paseo urbano agradable para caminar, con un paisajismo para admirar y unas vías amplias y bien demarcadas para los vehículos.
Por último, este trabajo recibió una mención en Diseño Urbano durante la Bienal de Arquitectura, 2010.
Proyecto inscrito en el Plan de Desarrollo, durante la Alcaldía 2008/2011
Convenio Movilidad (Paseos Urbanos y ciclo rutas)
Arq. Diseñador / Coordinador Convenio: Arq. Mauricio Mendoza M.
Equipo de Colaboradores: Arq. Pablo Báez y Joanna Vélez (Taller de Diseño de la EDU)